There is fire on the mountain and nobody seems to be on the run.
Oh there is fire on the mountain top, and no one is a’ running. […]
So you say you have a lover and you love her like no other
So you buy her a diamond that someone has died on
don’t you think there’s something wrong with this?Tell me, who’s responsible for what we teach our children?
Is it the Internet or the stars on television?
La gente me pregunta qué cómo aguanto el ritmo, y mi respuesta suele ser: no lo aguanto. Pero cuando reviento, paso unas horas/días malos y sigo adelante.
No es broma.
Tengo que aprender a dosificarme, y es una habilidad difícil de adquirir.
Más habiendo tantas cosas interesantes por hacer en el mundo, o tantas cosas que hay que hacer.
Sin embargo, cuanta más imaginación tienes, menos triste deberías ponerte por todo lo que se te ocurre pero no existe (aún, o no existirá). Si no, tu imaginación te estaría saboteando la vida.
Una parte importante de la productividad es parar de hacer cosas, decir que no, decidir no hacer nada. Es un fallo mío que he descubierto hace poco: me cuesta ver algo que está mal y dejarlo pasar (but honey, there’s someone wrong on the Internet!)
Hay veces que las cosas van bien, y entonces tengo esta sensación de que yo me muevo y el mundo a mi alrededor sigue extrañamente inmóvil. Suceden cosas y la gente no reacciona. Mandas cosas a hacer y… no se hacen. Pero realmente no puedo ocuparme de todo, así que algunas cosas van mejorando, y otras no. Voy a intentar mejorar la manera en la que elijo lo que se hace y lo que no, eso sí.
A Jailer la llamo el «topping from the bottom hymn«. Por alguna razón, han puesto el Fire on the mountain al final de Jailer.
I heard my baby say
«I wanna be president.
I want your money
for my government».
Mi amor por las matemáticas y los matemáticos no hace más que aumentar con el tiempo. Quizá sean como la cerveza y el vino. De niña me sabían amargas, me desconcertaban. Conforme pasa el tiempo me dan más alegrías.
Parece que voy a tener que puntualizar lo que escribí en aquel artículo sobre «qué hace una traductora nada más sacar el ordenador de la caja». ¿Que por qué? Porque os escribo desde mi flamante iMac de 21,5 pulgadas (morid un poco: 4GB de RAM, 1 tera de disco duro), cortesía del Dr. Mira &
Madre mía, está siendo difícil encontrar el tiempo para contarlo, sobre todo por algo que sucedió durante el viaje, pero en Murcia.
Comentarios