Los cambios vitales tristemente no son momentos llenos de música dramática de fondo y efectos de luz, sino pequeñas acciones aparentemente intrascendentes, que se convierten en manías, costumbres, y finalmente en tu nueva vida, no 2.0, sino 1.000001 (beta).
Son cosas pequeñas que van acumulando valor, como una huchita. Y los pequeños cambios vitales que llevan a grandes resultados empiezan, en mi experiencia, con tres acciones que de por sí son inocuas. Para mí, son estas tres:
¿Suena tonto, verdad? Nos pasamos el día leyendo tuits, contestando, conversando ¿no es cierto? Pues no me refiero a eso. Me refiero a leer libros de los de toda la vida, a apuntarlo y a contárselo a alguien. El resto son detalles: si es la agenda, o la libreta de cosas accionables, o en la lista de Evernote o Wunderlist*.
Decía un cliente mío: if you think it, ink it. Si lo piensas, apúntalo. Ya tendrás tiempo luego de no hacerlo nunca si es mala idea. Yo añado: si quieres hacerlo, ponle una fecha y una hora. Que suene una alarma en el móvil. Cuéntaselo a alguien. Escríbelo en un sitio donde tus amigos luego te lo puedan echar en cara, o donde te imagines al menos que podrían hacerlo. La idea es reprogramar la presión social para que te presione a cosas que tú, en verdad, quieres hacer.
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Bola extra 1:
* Wunderlist es un precioso y útil servicio de lista de tareas, que se sincronizan entre todos tus cachivaches (PC, Mac, iPhone, Android). Tiene una web fantástica, yo quiero una igual pero que venda lo mío (y sin que me denuncien los 6Wunderkinder).
Bola extra 2:
Os cuento mi lista de borradores, para que me presionéis obligarme a acabarlos: a) Linguee, b) Analfabetismo nutricional, c) Contreinta, d) Educar para la desobediencia.
Hoy he perdido mi anillo de boda en el mar. Ha sido en la playa de Las Higuericas, frente al chiringuito Ramón (37.853568,-0.762477). Si alguien lo encuentra, que me escriba. Es de plata, de canto recto, y pone «PABLO» dentro. Today I’ve lost my wedding ring in the Mediterranean. To be precise, it was at
Muchos traductores escribimos blogs profesionales, pero ¿qué escribimos en el blog? ¿Hasta qué punto nos pringamos con lo que pensamos? ¿Decimos la palabra que estamos buscando, o ponemos una versión para juguetes preescolares?
Sé que puede parecer contraproducente dicho de una página web hecha para recordar cosas, pero se me había olvidado que tenía un del.icio.us (qué rollo de puntos). Mi del.icio.us es: http://del.icio.us/bego Fácil de recordar ¿verdad? Pues llevaba sin poner nada desde el 30 de marzo de 2007. Supongo que llevaba también mucho tiempo sin saltar
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