¿Os acordáis de los niveles extra de los videojuegos? Un bonus level es una fase del juego que surge de manera inesperada. Es una pausa que no hace avanzar la trama; pero de repente, sin haberte movido del sitio, todo está lleno de manzanas, o de piedrecitas brillantes, o de cajitas con una cruz roja, o de lo que sea. Es un lugar pequeño. No vas muy lejos, pero todo es más fácil. No hay peligros evidentes y lo único que tienes que hacer es flotar a tu alrededor, mientras tu energía se recarga. De repente, la siguiente fase te da menos miedo.
Últimamente, cuando consigo dormir cuatro horas seguidas, tengo una sensación muy parecida.
El otro día en Madrid me duché, me puse un vestido bonito, y en el sofá de un amigo con una mantita me dispuse a leer The Casual Vacancy, el nuevo libro de J. K. Rowling, que había salido ese día. Las últimas sesenta páginas me las acabé anoche.
Este sábado 24 de noviembre tengo más corridas que fechas, como dice mi madre. Para los de fuera: es una metáfora taurina. Estaré a las 9:00 en el curso de OmegaT que organiza Matiz y que imparte Sergio Alasia, de Qabiria. A las 11:30 estaré en la mesa redonda/programa de radio Erres Reales en el congreso de AJE Murcia, #R2012.
A este ritmo voy a cambiarle el nombre al blog. Hoy, de nuevo, Pablo Mira (co-protagonista del blog y de mi vida) es noticia o al menos aparece en una noticia. Esta vez en El País, con un artículo precioso sobre los matemáticos como (¡caramba!) seres humanos. Me ha encantado y lo recomiendo, no sólo
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