Esta frase es simple, pero me ha costado años aprender a pronunciarla:
Necesito ayuda.
Dos palabras.
Ni siquiera conseguí publicar la entrada del blog con esas palabras. ¿Queréis ejemplos? Os cuento (de lo que se puede publicar):
No se le pueden pedir más horas al día. Las horas son las que son y punto. Priorizas qué cosas se quedarán atrás, y si son importantes se las asignas a otro (véase) y si no son tan importantes, se quedan sin hacer.
Otra palabra difícil y necesaria:
No.
Cuánto cuestan las cosas sencillas. Hasta que están hechas.
Tenía tiempo y era menor de edad, me dije: iré con mi primer sueldo. Fui mayor de edad y no tenía dinero para ir. Conseguí un trabajo y no tenía vacaciones. Ahora soy madre, autónoma y no tengo tiempo ni dinero, pero voy a ir. ¿Quién se viene conmigo?
Hace unos días estuve en Cuenca y, preguntando por un restaurante a la chica de la caseta de turismo, me dijo textualmente: “Si yo me estuviera muriendo nunca vendría a Cuenca”. Me resultó sorprendente que soltara esa frase sin venir a cuento… (…) Arturo Kortázar, Bilbao. (…) A mí me hizo pensar mucho lo que
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