Los más implicados y cercanos ya lo saben, pero la noticia resumida es la siguiente:
Una de las razones de que ande tan contenta últimamente es que estoy embarazada de tres meses.
Espoilers
Estoy cuidándome más que nunca, intentando dormir, comer, hacer ejercicio regular, ver amigos, no tomar disgustos, y por supuesto, emprender proyectos que me ilusionen (porque eso no hay quien lo cambie). En resumen, voy a hacer de 2010 un año en el que seré un tanto egoísta, dentro de lo que me deje y me dejen.
Hay una cosa que tengo pendiente desde hace más de veinte años se quedará sin hacer este año. A pesar de que puedo perfectamente volar en el segundo trimestre, este año no iré a Nicaragua.
No es por falta de ganas de viajar: a finales de mes nos vamos a Río de Janeiro: ya está casi todo listo. Me quedo con ganas de ir a la India a ver a Pablo en el ICM. Me cuentan que es altamente improbable que se repita, pero al parecer en agosto la mayor parte de las aerolíneas me denegarían el embarque.
¿Entonces por qué es?
Aprovechando que soy mujer, nicaragüense de nacimiento, estoy embarazada y los chicos de Exige Dignidad de Amnistía me han pasado datos interesantes, os voy a contar por qué es mala idea estar embarazada en territorio nicaragüense hoy.
Como embarazada del primer mundo y en España, no me puedo quejar de falta de atención médica. Llevo tres ecografías, dos análisis de sangre, una revisión dental, dos visitas a mi médico de cabecera y una a la matrona, y todo esto gratuitamente y sólo el primer tercio del embarazo. Mi probabilidad de morir es de una entre 25.000. Aproximadamente, la de que te toque el Gordo de Navidad comprando cuatro décimos diferentes.
Si estuviera en el África subsahariana sería de una entre 26. Como que te pregunten en clase.
En el peor de los casos, una de 7. Esta analogía ya daría mucho miedo.
En total, en el mundo, muere una mujer cada medio minuto por problemas derivados del embarazo y el parto.
Pero no es a eso a lo que voy.
¿Y Nicaragua qué?
Esencialmente, por presiones de una religión mayoritaria (¿adivináis cuál?) han prohibido el aborto EN TODOS LOS SUPUESTOS, INCLUIDO EL TERAPÉUTICO. Esto quiere decir que si eres médico y tratas a una embarazada en peligro de muerte, y la salvas pero pierde el bebé, vais los dos a la cárcel por aborto provocado. Bonus para el médico: si mueren ambos, la familia probablemente te denuncie por negligencia médica (aunque para eso necesitarían dinero).
No hablemos ya de casos de menores, violación o incesto: también prohibido. Esto ha disparado los casos de suicidio de adolescentes embarazadas. No habría querido leer lo de las niñas violadas embarazadas de 10 a 14 años, pero lo he leído.
Bola extra: no hay medios para distinguir un aborto provocado de uno espontáneo, así que si estás sufriendo uno, es como si tuvieras la peste.
Así que os podéis imaginar que, al revés de lo que pasa aquí, la atención sanitaria a las nicas embarazadas ha caído en picado, no vaya a ser. Mirad cualquier prospecto: ¿qué semana no tiene jueves? ¿qué medicamento no es potencialmente letal? Este fin de semana quise un paracetamol (vaale, ando tosiendo un poco: nada grave) y daba miedo. Generalmente el consejo es aguántate hasta que puedas y luego hablamos. No me lo tomé.
En Nicaragua es: aguántate hasta que sea cosa de vida o muerte, y luego… muérete. Cojonudo.
VIH, cáncer, malaria, complicaciones en el parto, violación, pobreza y como si fuera poco el gobierno y la iglesia en tu contra. Es fantástico. Qué ganas de ir de visita.
Te lo cuentan los propios nicaragüenses (incluida la asociación de obstetras: esencialmente todos los médicos del país se oponen):
Aquí tenéis un PDF corto (8 páginas).
Aquí el informe completo (52 páginas).
Durante mi embarazo, y en mi vida en general, intento no coger disgustos innecesarios, ni acercarme a sitios donde mi vida no valga nada gracias a las presiones de fundamentalistas religiosos. Los derechos reproductivos (el derecho a reproducirse y el derecho a NO reproducirse, muchas gracias) son derechos humanos fundamentales. Y los derechos humanos van en pack. Son indivisibles. Sin salud no hay vida. Sin derechos reproductivos no hay libertad.
Feliz día de la mujer.
Me dice mi padre:
—Bego, porfa… ¿me ayudas a traducir una canción de borrachos en griego antiguo?
Ese es mi padre. Me temo que su opinión sobre mí caería en picado si yo no tuviera 3G en la playa.
A ver, lo primero el amor. Me ha emocionado este vídeo, sobre todo (curiosamente) ver las fotos de las bodas. Cuando los políticos se ponen a rajar del matrimonio gay, seguro que no están pensando en joderle el día de su boda a tantas y tantas personas. «Fidelity»: Don’t Divorce… de Courage Campaign enVimeo. Quizá
Parece que, sin querer, escribí un relato autobiográfico de terror y drama durante el parto, y no he avisado: lo siento. ¿No quieres que te ocurra lo mismo que a mí? Haz tu plan de parto.
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