Ayer fui a la primera sesión presencial de un curso que estoy haciendo sobre desarrollo de competencias directivas, que imparte Carmen Pérez Saussol: gestión de equipos, resolución de problemas, gestión del conflicto, del tiempo, del estrés, de la creatividad… Todo cosas extremadamente útiles que necesito para ayer, valga la expresión 🙂
Lo que quiero decir es que nunca sobran.
La frase resumen con la que me quedo es la siguiente:
Hay que estar bien para dirigir bien.
Parece una obviedad, pero todas las cosas que tiene que tener alguien que esté llevando a un grupo de personas a alguna parte, no las puede tener si no está bien. Después de acabada la sesión marqué con una estrella las cosas con las que me quedaba para pensar más sobre ellas. A ver qué os parecen:
Y para demostrar que me pringo, mi lista de resoluciones (en vigor desde anoche):
Resulta que para ser buen jefe tienes que ser una persona que trasmita serenidad y seguridad en que estás llevando las cosas a buen puerto, y para eso hay que ser feliz, así que… ¿quién se apunta a echar unas risas?
Bonus: Este artículo de Angel María con 5 cosas para conciliar trabajo y familia, y los comentarios.
Por cierto que hay 19 cosas en la lista y eso en internet queda feo. Si ponéis la 20 en los comentarios os lo agradeceré.
Es duro no poder ver lo que pinta tu pareja, más aún cuando a tu alrededor no paran de llamarlo para que muestre los cuadros, dé conferencias, o envíe fotografías. Hubo un tiempo en el que quise operarme, pero me dijeron que tendría que dejarlo todo durante diez años. Que iría de quirófano en quirófano,
Este lunes 12 estaré en la I Jornada de traducción profesional de la Universidad del País Vasco, en Vitoria-Gasteiz, con la conferencia titulada: «Hágalo usted mismo. Cómo crear un puesto de traductor para ti» Inspirada en parte por el artículo de Miguel sobre por qué lo llaman emprender si quieren decir buscarse la vida. En resumen, hablaré
Los cambios vitales tristemente no son momentos llenos de música dramática de fondo y efectos de luz, sino pequeñas acciones aparentemente intrascendentes, que se convierten en manías, costumbres, y finalmente en tu nueva vida, no 2.0, sino 1.000001 (beta). Son cosas pequeñas que van acumulando valor, como una huchita. Y los pequeños cambios vitales que
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