Soy un poco Hobbit. Me gusta ver crecer las cosas poco a poco. Me gustan las rutinas (y salir de ellas: pero me resultan cómodas). Me gusta que algo se acabe y comprar otro igual, me da sensación de haber acertado. Mi despedida favorita es «hasta mañana».
El día de la nevada del 83 fue el que me mudé a Murcia por primera vez. Mi padre había conseguido trabajo (en Maristas, enseñando filosofía) y yo aún era hija única. Fue el día siguiente a su cumpleaños. Dos chavales de 25 años con una niña pequeña veían sus cuatro muebles llenarse de nieve
—[Doscifras] años llevamos ya. —¡Vaya! Eso son muchos años. ¿Qué se siente al ser pareja de alguien durante tanto tiempo? —Es difícil responder a eso… Mi mente barrunta. Hay cosas tan buenas que no las puedo contar y cosas tan malas que no las puedo contar. Otras son demasiado largas como para que al final quede
Al principio no había tiempo ni espacio, pero a lo mejor durante un momentito, todo, todo lo que hay estaba en un sitio muy pequeño, como un dado del parchís.
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