Un relato 100% real. Por Halloween y All Hallows Read y Todos los santos. Puesto que el relato anterior dio miedo, esta vez aviso. Quién sabe, quizá este os dé risa.
—A mi abuela, Mariana Casanova. Y a Marta Serrano. Felices 33, Marta.
Un viernes de octubre. En un instituto de un pequeño pueblo en mitad del campo de Cartagena, Murcia, suena el teléfono. ¡Ring, ring! —Hola, buenos días. Quiero hablar con la directora del centro.
Mi lema para el 2013 era «termina lo que empiezas» y mi trabajo en Matiz ha terminado. He vendido mis acciones a mi socia María José, y le he comprado las suyas de Júramelo.es. Fue el martes pasado.
¿Se puede tener más paciencia? ¿Cuánta? ¿Para qué? Hubo una época en la que sentía una presencia en el universo, y le hablaba. Le decía: dame paciencia. Porque no tengo. Solo mucho más tarde escuché el famoso chiste: Señor, dame paciencia… dame paciencia, porque si me das fuerza ¡lo mato!