Me ha gustado Mentiras para principiantes.
Está dividido en ocho capítulos:
Espejismos, Alucinaciones,
Mitos,
Leyendas urbanas, Ficciones,
Mentirijillas, Interpretaciones
y Sueños.
Es un libro que ha tenido que esperar,
porque los poetas hablan en lenguaje de la tristeza,
y a veces hay que estar tristes para entenderlos.
Es difícil leer libros
que ha escrito gente que conoces.
Es especialmente difícil
si son poemas.
En la poesía,
uno puede hablar de absolutos,
exagerar,
subir los colores.
O bien bajar la saturación
de lo cotidiano
y exponer toda la gama de grises.
Uno escribe en poesía
para que tus amigos no te digan
«acha, tía,
no exageres,
que os habéis visto dos veces».
Abrí el libro
con miedo
de ver las costuras,
de notar las mentiras.
De no ver a Tomás Conde Ruano,
sino al personaje.
De verle escondido tras las líneas,
soplando castillos de humo
vacíos
escondido tras ese el hombre palabra.
Más con ese título.
Mentiras para
principiantes.
Pero no.
Hay de todo.
Me he encontrado
con un autor consciente de sí mismo,
intentando desnudarse
y riéndose de su vergüenza;
consciente y serio;
y tonto y con una media sonrisa
de quien encoge los hombros
al intentar dar una voltereta, y caer,
sabiendo que iba a caer,
sabiendo que lo intentaría igual.
Y de repente ¡zas!
Joder, Tomás.
Me has echado encima este poema.
¿Ahora cómo me lo voy a poder sacar?
Lo que te iba a decir de tus poemas
lo dicen tus poemas ya.
Aviso a navegantes:
algunos,
calan.
¿Cómo surgió lo de literatura a tus pies #litatyourfeet? Pues el otro día a mi socia María José Torrente, emprendedora de pro y gran amante de los tacones, se le rompió uno justo antes de una reunión importante. Como estamos en el centro, bajó a comprarse otros y apareció con esto…
2010 ha traído más de lo que me habría atrevido a soñar a estas alturas del año pasado: una nueva socia, un hijo, perder peso, unos meses de descanso de la dirección de la empresa, echar a rodar Júramelo (que antes no tenía nombre), cambiarme al Mac, hacer deporte, aprender a hacer sushi, estudiar música, escribir casi media novela, escribir con regularidad en el blog, volver a leer por placer en grandes cantidades.
Sí. ¡Lo he hecho! Me he apuntado al curso de cómic que van a dar Jorge G y Juan Álvarez en Bellas Artes, en Murcia. Estoy más feliz… hmmm… ¿que cuando compramos los billetes a Japón? ¿que cuando le dieron el premio a Pablo? No sé, vamos, radiante como el que radia o irradia cosas.
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