Llevo varios días recitando esta canción por lo bajo. También pensando en qué escribir, cómo y cuándo, qué primero, qué después, y escribiendo poco. También durmiendo poco. Pensando en las cosas que quiero hacer, e intentando practicar una frase que me cuesta mucho pronunciar. Son dos palabras difícilísimas. Probablemente tengáis las vuestras. Las mías son «necesito ayuda». En un montón de cosas profesionales, para empezar: ya pondré una lista. Esta semana además ha empezado el peque la guardería, precisamente, porque necesito ayuda con todo.
Pero como hoy es sábado, voy con los versos con los que no haré la revolución…
Se sienta a la mesa y escribe.
«Con este poema no tomarás el poder», dice.
«Con estos versos, no harás la revolución», dice.
«Ni con miles de versos harás la Revolución», dice.Y más: esos versos no han de servirle para
que peones, maestros, hacheros, vivan mejor,
coman mejor, o él mismo, coma, viva mejor.
Ni para enamorar a una le servirán…No ganará plata con ellos,
no entrará al cine gratis con ellos,
no le darán ropa por ellos,no conseguirá tabaco, o vino, por ellos,
ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos.
Si por ellos fuera la lluvia lo mojará.
No alcanzará perdón o gracia por ellos.«Con este poema no tomarás el poder», dice.
«Con estos versos no harás la Revolución», dice.
«Ni con miles de versos harás la Revolución», dice.
Se sienta a la mesa, y escribe.Confianzas, de Gotan Project (escúchala aquí por ejemplo, o pulsa play abajo).
Un viernes de octubre. En un instituto de un pequeño pueblo en mitad del campo de Cartagena, Murcia, suena el teléfono. ¡Ring, ring! —Hola, buenos días. Quiero hablar con la directora del centro.
Es muy fácil elegir un personaje, y cuando no funciona, echarle la culpa al personaje, o cambiarlo, en vez de mirar hacia dentro y ver qué problema tenemos en realidad. Hay un cuento que oí en alguna parte y no he vuelto a encontrar. *Si sabes de quién es, déjame un enlace en un comentario.
La hipótesis del Mercadona, también conocida como la metáfora —o la alegoría— del Mercadona, postula que « follar con alguien nuevo» podría ser similar a «ir a un Mercadona que no es el tuyo». —Pero… ¿esto debería estar por aquí, no? —¡Cómo se les ocurre esta distribución tan poco óptima! Y al final en vez de hacer
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