Ayer fue un día genial en el zoo. Hizo un sol espectacular, dimos de comer a los animales, nos hicieron caso, comieron de nuestra mano (los hervíboros: los demás, de lejos) y en general, fue de los mejores sábados de los últimos tiempos. ¡Hay que repetirlo! Yo sólo había estado por trabajo, pero ahora quizá incluso cojamos un abono de un año.
Amazon me va a matar. En serio, bueno, o matará mi escritura porque no hago más que encargar (¡y leer!) libros. Es como ir a una librería de Londres, pero sin salir de casa y sin que te pese la bolsa. Un peligro. Un peligro muy gordo. Esto es lo que me acaba de llegar
Decíamos ayer, que nosotras no comprendíamos qué fascinaba tanto a Roberto Sáinz la casa en la que creció, hasta que la vimos. Le habían puesto el nombre del gran héroe nacional: Rubén Darío, el padre del modernismo (este poema, Divagación, gustará a los traductores del público). Para el resto: Lo fatal Dichoso el árbol, que
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