Los oseznos jugaban sin parar. Era muy divertido verlos, y daban ganas de ir y jugar también (hasta que te fijabas en las zarpas).
Un viernes de octubre. En un instituto de un pequeño pueblo en mitad del campo de Cartagena, Murcia, suena el teléfono. ¡Ring, ring! —Hola, buenos días. Quiero hablar con la directora del centro.
Visto el microéxito del microrrelato, aquí os subo una versión en PDF para imprimir, enviar por email, prestar, regalar, colgar en el armario, llevar en la cartera… He toqueteado el formato estándar un poquito para que se pueda imprimir y leer bien en una hoja A4 por las dos caras, a dos columnas. Recuerda, con
Sí. ¡Lo he hecho! Me he apuntado al curso de cómic que van a dar Jorge G y Juan Álvarez en Bellas Artes, en Murcia. Estoy más feliz… hmmm… ¿que cuando compramos los billetes a Japón? ¿que cuando le dieron el premio a Pablo? No sé, vamos, radiante como el que radia o irradia cosas.
Comentarios